Scott Adkins es el protagonista y la
mayor baza que posee este tradicional, aunque fallido, western
moderno con aroma de telenovela, en el que un ex-soldado convertido
en fugitivo entra en acción cuando su hermana y su sobrina se vean
atacados por una serie de narcotraficantes mexicanos. Con dicha
premisa, es obvio que la originalidad en el guión brillará por su
ausencia, pero sí puede provocar una esperanza de que, al menos,
Adkins ofrecerá un recital de golpes y coreografías con los que el
aficionado se verá saciado. Error. Sí, hay combates y tiroteos a lo
largo de casi todo el metraje, pero todo suena a mil veces visto, con
encuadres sencillos, y, en definitiva, muy poca espectacularidad. El
continuo uso de cámaras lentas y los estrambóticos zooms merman la
calidad técnica en lugar de ensalzarla, creando ese look
característico propio de los peores direct-to-video de Steven
Seagal.
Por lo tanto, y aún contando con un
realizador tan interesante como Isaac Florentine tras las cámaras,
“Justicia letal” es malogrado largometraje, carente de emoción,
sin apenas sorpresas, con personajes recurrentes (el sheriff
corrupto, el marido mafioso...) y, lo que es peor, con un excelente
action-hero ultra desaprovechado como es Adkins, quién, además,
aquí ejerce de productor ejecutivo, lo que da a entender que el
producto fue en cierto modo construido y posteriormente revisado por
él...algo que da en qué pensar...
Nota: 2/10