El equipo formado por el director Isaac
Florentine, David White (guionista) y el actor Scott
Adkins es sin duda uno de los triunviratos más importantes del cine
de acción actual. A ellos les debemos cintas tan conocidas como Invicto 2 (2006), Invicto 3 (2010) o Ninja 2 (2013), obligatorias para los amantes de las ates marciales. Sin
embargo la primera película en la que coincidieron es una cinta
bélica del montón, hoy bastante olvidada debido a su escasa
calidad.
La historia narra las aventuras de un
comando militar que acude a Europa del Este en busca de una fotógrafa
secuestrada. Nada que no hayamos visto en otras propuestas similares
(con Mark Dacascos o Dolph Lundgren, por ejemplo), salvo por la
excepción de contar en el reparto con el inigualable Scott Adkins,
quien a lo largo del metraje demuestra como puede sus habilidades
marciales (entre explosiones, tiroteos y demás), especialmente en su
lucha a muerte contra un melenudo casi al final de la película. Al
igual que ocurría con El gran torneo (2009), Adkins es lo
mejor de la película, y sólo por él merece la pena dedicarle un
visionado. Sus brutales coreografías siempre deben ser vistas.
Lástima que el resto de la propuesta sea tan pobre, con personajes
poco definidos, villanos de tercera división y chistes sin gracia
(la alusión a una supuesta boda en el epílogo de la historia es
patético). Sinceramente, para ver y olvidar a continuación.
Por suerte, sus responsables se
pusieron las pilas y sus siguientes trabajos sí son
imprescindibles...
Puntuación: 2/10
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