“The Hitman” (o simplemente “Hitman”, que es como se comercializó en nuestro país) es una película fundamental en el currículum de su protagonista, Chuck Norris. Es un título que, probablemente sin quererlo, marca un antes y un después en la carrera del actor de “Golpe por golpe” o “Duelo final”, pues fue a partir de aquí que comenzó su verdadero (e injusto) declive cinematográfico.
Cliff Garret (Norris) es un buen
policía que durante una operación especial es traicionado por su
compañero Ronny Delaney (Michael Parks). Tras un tiroteo, Garret es
dado por muerto, aunque realmente el cuerpo le otorga una nueva
identidad y le utiliza para que se infiltre en bandas de
narcotraficantes a modo de oficial encubierto. Pero en una de sus
operaciones, Garret se topa con Delaney y el caso pasa a convertirse
en algo personal.
Demasiado brutal como para poder ver en
familia -sus escenas de disparos y torturas parecen querer
adelantarse al estilo ultra-gore de Darren Ward y sus geniales
“Sudden Fury” y “A day of violence”- la violencia no solo la
vemos en un plano gráfico, sino que llega a unas líneas de guión
con los personajes hablando de sexo y drogas sin filtro alguno, lo
que choca bruscamente con la subtrama del vecino adolescente de
Norris, un chaval discriminado por su raza al que el protagonista
acoge para darle algunos consejos de la vida y enseñare algunas
técnicas de artes marciales. Pero el cocktail funciona, convirtiendo
a “Hitman” en un memorable policiaco lleno de peleas, acción,
sangre y valores humanos.
Aunque Chuck Norris sea el alma del
film (en un papel que borda sin inconvenientes y que le permite
incluso introducir alguna nota personal, como la historia que le
relata al muchacho sobre un grandullón que le pegaba en el colegio,
anécdota real, tal y como ha reconocido en numerosas entrevistas),
no podemos dejar de mencionar la presencia del siempre brillante
Michael Parks, aquí como némesis de Norris, poco antes de
transformarse en actor de culto, fundamental en las filmografías de
cineastas como Robert Rodríguez, Kevin Smith o Quentin Tarantino.
Dirige la cinta Aaron Norris, hermano de Chuck y responsable de
títulos como “Desaparecido en combate 3” o “Delta Force 2”.
Aún tratándose de un muy buen
largometraje de consumo, con momentos excelentes, en España se
estrenó directamente en video. Y en EE.UU. no debió de funcionar
muy bien, pues Norris pasó a ser veneno para la taquilla y no volvió
a protagonizar ningún otro blockbuster para el cine,
encontrando un nuevo hogar en el universo catódico gracias a algunos
direct-to-video y, sobre
todo, a la serie “Walker, Texas Ranger”.
Puntuación: 6/10
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