Miniclásico de los años noventa,
“Sólo el más fuerte” fue uno de los principales detonantes a la
hora de poner de moda la capoeria entre los aficionados al cine de
artes marciales, y de paso también sirvió para encumbrar a un joven
y excelente Mark Dacascos que ya había llamado poderosamente la
atención en la cinta “American Samurai”.
Dirigida por Sheldon Lettich (guionista
de “Contacto sangriento”, director de “Lionheart” o “The
Order”...) y coreografiada nada menos que por Frank Dux (quien
realiza un breve cameo en una de las secuencias), la película
presenta a un militar (Dacascos) destinado a trabajar como profesor
en una escuela llena de alumnos conflictivos situada en uno de los
barrios más peligrosos de Estados Unidos. Decidido a encauzar a los
muchachos, el maestro les enseñará el arte de la capoeria, y aunque
en un momento se sientan reticentes, poco a poco logrará captar su
más absoluta atención. En paralelo, la banda mafiosa liderada por
el primo de uno de los jóvenes causará problemas y se enfrentará
al protagonista. Con estética bienintencionada, como si de una
producción familiar se tratase, “Sólo el más fuerte” es un
producto que logra desempeñar su función, pues entretiene y muestra
unas coreografías novedosas y llamativas para su tiempo, y narra una
historia sencilla pero bien resuelta, aunque tal vez debido a su
puesta en escena no ha logrado superar correctamente el paso del
tiempo. Dicho de otro modo, un primer visionado a día de hoy, más
de veinte años después de su realización, puede ser un tanto
decepcionante. Aún así, la película es importante dentro de las
filmografías de sus implicados, especialmente en la de Dacascos,
quien como decimos, tras esta intervención comenzó a despegar y a
ejercer de héroe de acción en multitud de largometrajes de acción,
muchos de ellos ya comentados en este humilde blog. Por último,
mencionar una anécdota que no deja de parecerme muy curiosa, y es
que “Sólo el más fuerte”, “Only the strong” en su versión
original, fue bautizada en algunos países latinoamericanos con el
extraño título de “Retroceder nunca rendirse jamás 7” (sic),
tratando de alargar, aún más si cabe, aquella saga iniciada por
Corey Yuen a mediados de los ochenta.
Puntuación: 5/10
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