Me he dispuesto a ver una vez más algunas de las películas de
Paul Naschy/Jacinto Molina con la intención de reseñar algunas de ellas en este
blog, y de paso, tener una excusa para hablar de un cineasta al que admiro y
cuyas películas me gusta coleccionar. Y aunque el nombre de Naschy fuese la
gran mayoría de veces ligado al fantaterror español, recordemos que también apareció
en otros muchos géneros, como es el caso de la película que paso a comentar, La
bestia y la espada mágica. Protagonizada, escrita, dirigida y producida
por el propio Naschy, el film debemos
encuadrarlo dentro del horror, claro está, pero también tiene elementos típicos
del cine de acción, de aventuras y de paso algunas secuencias marciales dignas
de mención.
Se trata de una más de las aventuras del hombre-lobo
Waldemar Daninsky (interpretado evidentemente por Naschy), aquí en busca de una cura para su maldición, llegando
a Toledo hasta conocer a Salom (Conrado
San Martín), un sabio que le aconseja realizar un viaje al Japón para que se
encuentre con Kian (Sigheru Amachi, excelente actor japonés, habitual en las
películas de la saga Zatoichi, por ejemplo) un médico experto en brujería y lo
oculto, capaz de ayudarle.
Ambientada en el siglo XVI, la trama incorpora a la saga de
nuestro hombre lobo patrio a los personajes habituales del entertainment cinematográfico japonés de los años 70-80, esto es, a
los samuráis y a los ninjas. Y es que la excusa del médico oriental le viene a
Molina de perlas para situar a su adorado licántropo en un marco diferente a lo
que nos tiene acostumbrados y para crear escenas inolvidables como el ataque en
el burdel, o la lucha de Amachi contra los ninjas en las aguas termales.
Delirio e inteligencia se entremezclan a lo
largo de la película, un título que nació un poco a destiempo (en aquel momento
ya casi nadie rodaba historias así), pero que no podemos decir que haya
envejecido mal (salvo por aquella cabeza cercenada en primer plano), y es
posible seguir disfrutándola como cuando afrontamos el primer visionado. Y los
que no la hayan visto, les recomiendo que no la dejen pasar, pues pasaran sin
duda un buen rato. Contiene secuencias
verdaderamente brillantes, como la muerte del superior de Amachi, sin duda uno
de los mejores momentos de la
filmografía naschyana. Aunque la escena más recordada sigue siendo, sin lugar a
dudas, el combate casi a mordiscos entre Waldemar y un tigre p`ropiedad de una hechicera
asiática. Concluyendo, La bestia y la espada mágica es Paul
Naschy en estado puro.
Mencionemos algunas curiosidades: Gran parte de la película
se rodó en los decorados propiedad del legendario Toshiro Mifune; en el reparto
encontramos, en pequeños roles, a personalidades como Sara Mora, Salvador Sainz
o el gran Pierrot (todos ellos al inicio de la película); decir además que la
canción principal está interpretada (muy elegantemente) por el propio Sigheru Amachi.
Puntuación: 6/10
Puntuación: 6/10
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