Antes de que a finales de los 90 se desatase esa fiebre por
trasladar al cine los comics Marvel, la cual aún hoy vivimos, se realizaron
contadas adaptaciones (algunas más bien destinadas para la antiguamente llamada
caja tonta) de personajes como Spider-Man, Hulk o Los 4 Fantásticos. The Punisher fue también una
de ellos. Y aunque se trate de una “adaptación oficial”, pues Stan Lee aparece
acreditado al inicio como executive
consultant , las diferencias entre las historietas y esta película son múltiples
y cabrearon a más de uno, no sólo en lo referente a los cambios de guión (en la
peli Frank Castle es un ex -policía, cuando debería ser un ex -marine), sino
también al look del protagonista, pues de entrada, la calavera que luce Frank en la camiseta desaparece misteriosamente,
AUNQUE, ha de decirse, que al menos la vemos adornando los cuchillos que emplea
para dar caza a los villanos de turno.Pero como siempre digo, tenemos que
fastidiarnos e intentar valorar la cinta de modo independiente. ¿Funciona el
film rodado en 1989? Evidentemente no. Se
trata de un título de fácil digestión, quizá incluso entretenido, pero que
nunca podremos definirlo como “bueno”. Y eso que el director Mark Goldbaltt (conocido
montador, Oscar por Terminator II) trata en algunos momentos de sorprender al
espectador con secuencias bien rodadas, como aquel correcto plano secuencia
dentro de un bar. Pero se trata de situaciones casi aisladas, pues por lo
general brilla una realización de piloto automático.
Existen dos razones por las que he decidido incluir este The
Punisher en el blog. De entrada, el actor elegido para encarnara a Castle
fue nada menos que el gran Dolph Lundgren, que en absoluto me parece una mala
opción. Y todo aquel que quiera completar su filmografía debe enfrentarse a
este largometraje. La segunda razón, más evidente incluso, es que por la trama
circula toda una banda de yakuzas repartiendo estopa a base de katanas y
patadas. Claro que la cinta de Goldblatt no se tratará de un film de artes
marciales propiamente dicho, pero su intención de acercarse a ciertos puntos de
la cultura japonesa hacen que al menos, la tengamos mínimamente en cuenta.
Acabemos diciendo que a pesar de que puntúe a la cinta con
un dos sobre cinco, se merece
por lo menos un visionado, pues las peleas, aunque escasas, no están mal filmadas (mi
favorita, la de Lundgren contra una japonesa con cuchillas en los zapatos y ¡en
los pendientes!) y aparecen dos secundarios que siempre me parecen
interesantes: el oscarizado Lois Gosset Jr. y Jeroen Krabbé (ex -actor fetiche
de Paul Verhoeven)
Puntuación: 6/10
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