El testamento de Bruce Lee
es una interesante propuesta taiwanesa-coreana ofrecida por el
cineasta Shi-hyeon Kim, que pertenece al subgénero bruceploitation,
pero en una onda similar
a filmes como ¿Quién mató a Bruce Lee? (1974), esto es, no tratando de
engañar al espectador haciéndole creer que está viendo una
película de Bruce Lee, sino empleando la figura del Pequeño
Dragón como punto de partida de
una aventura imaginaria, algo así como un what if de
los cómics de Marvel. Y aquí la historia arranca con la muerte de
Lee (vemos, por enésima vez, imágenes de su funeral) quien antes de
su fallecimiento había escrito un libro explicando técnicas de
artes marciales. La búsqueda del mencionado manuscrito por parte de
diferentes personajes será la trama principal de la cinta.
Entretenida,
con un nivel estándar en cuanto a coreografías y con un reparto de
lujo encabezado por Dragon Lee (que, eso sí, en algunas escenas
viste el mítico chándal amarillo) y el siempre genial Ron Van
Clief, éste último dando vida a uno de los villanos principales. La
película contiene algunos momentos de risa involuntaria, como las
escenas iniciales en la que vemos a Bruce Lee ofreciendo una rueda de
prensa o hablando por teléfono, imágenes tomadas de algún
documental y que los responsables de El testamento de
Bruce Lee emplean sin pudor,
alterando los diálogos, doblando la voz de Lee en favor de construir
el guión de la película. Estratagema típica de las
bruceploitations, es
mejor intentar verlo con humor. En cuanto a los aspectos formales del
largometraje, quizá podríamos destacar la idea de congelar el plano
y mostrar el interior del cuerpo humano a modo de radiografía para
que el espectador compruebe que huesos se han quebrado tras
determinados golpes en algunas de las escenas de lucha del final del
filme, algo que ya hizo Shigehiro Ozawa en The Street fighter (1974) y que años
después repetirá, con mejores efectos, claro está, Andrzej
Bartkowiak en Romeo debe morir
(2000).
Resumiendo,
bruceploitation en
estado puro protagonizado por dos rostros habituales de la década de
los 70.
Puntuación: 6/10