Con un reparto mixto( chino y japonés), el film habla de un jefe Yakuza (Kenji Sahara, Gojira, 1954) que sabe que va a morir a manos de un legendario asesino conocido como "el Rey de los asesinos", una especie de Robin Hood que solo mata por principios. Adelantándose a los acontecimientos, el líder Japonés ofrece una descomunal recompensa para quien encuentre a su futuro asesino. Jet Li, un ex militar de China continental con problemas económicos y Eric Tsang, un buscavidas que quiere volver a ganarse el respeto de su hija, unen fuerzas para encontrar al célebre killer, pero Simon Yam, el detective de turno, se interpondrá en su camino.
No voy a entrar en detalle con los personajes y el argumento porque la película pega algún que otro giro y no quiero spoilear a nadie. La clave aquí son los actores, la química entre ellos es palpable y vemos a Jet Li en uno de sus mejores momentos interpretativos. Eric Tsang se me antoja cansino como casi siempre, pero combina bien con Li.Por lo que respecta a Simon Yam sobran las palabras, pues siempre es una garantía de calidad. El nivel técnico de la película es bastante decente, mejor filmada que dirigida, se nota la mano experta de Arthur Wong (Dirty Ho, 1979) en la foto, pero es aburrida, lenta en muchos momentos y para colmo te pasas media película deseando que Li reparta candela, cosa que sucede más bien poco. Las peleas están bien coreografiadas, pero hay alguna que otra que por querer ser originales consiguen el ridículo (uno de los malos usa un anillo con un puntero láser para darle a Li en los ojos. Sin comentarios.), aunque por lo menos la escena final es un vendaval de acción coral a lo Hard Boiled (1992) muy bien resuelto.
Recuerdo que durante buena parte del metraje tenía ganas de que terminara y me resultó algo tonta por el uso excesivo de sentimentalismo a fondo perdido. Lejos de lo mejor de Li.
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