Ya he comentado en otras ocasiones, que
aunque luego casi nunca acaban gustándome mucho, siempre que tengo
oportunidad veo cualquier película en la que aparezca Lorenzo Lamas
como actor, pues se que con algunas ellas, al menos, paso un rato
agradable. No ha sido el caso de esta La sociedad de la lucha,
cinta de acción carcelaria con muy poco que aportar a género...más
bien nada.
De
entrada, Lamas no es el protagonista de la historia. Ese papel lo
ejecuta el experto en kickboxing Olivier Gruner (ex-marine francés,
convertido en estrella de los videoclubs) que da vida a un buen
policía que se infiltra en una cárcel conocida por organizar
combates clandestinos entre presos. Y poco más, hay una trama de
venganzas de por medio, pero todo demasiado simplista. Añadiremos
que Lamas da vida al mejor amigo (y también policía) de nuestro
protagonista y que no se luce mucho en las escenas de acción, apenas
algunas patadas en un aparcamiento al inicio de la trama y un combate
con uno de los villanos casi al final del film. Gruner en cambio sí
tiene oportunidad de exhibirse más, y aunque él y sus compañeros
de reparto son buenos luchadores, la cinta desprende un aire tan
casero que no logra llegar a convencer del todo al espectador. Aún
así, quizá para pasar la tarde puede llegar a servir, aunque a mi
no me convenció demasiado. Completa el cast Chino XL, rostro
habitual en diversas latino-movies.
Sin
yo saberlo al principio, La sociedad de la lucha
es en realidad la secuela de The Circuit (2002),
película que no he visto y que no se si veré algún día; al
igual que la que hoy reseñamos, está protagonizada por Olivier
Gruner y dirigida por el también artista marcial Jalal Merhi.
Puntuación: 4/10
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