La distribuidora Trashorama anunciaba a principios de semana
la aparición en su catalogo de Dragon Ball Zero, versión coreana (y
en imagen real) de los míticos personajes creados hace unas décadas por el
japonés Akira Toriyama. La noticia despertó de pronto mis ansias de recordar la
serie, y repasando mentalmente caí en la cuenta de que algunos de los
telefilmes que se realizaron para completar las historias eran realmente
cojonudos. Otros no tanto, claro está, pero había dos que eran muy buenos: El
último combate (1990) y éste Gohan y Trunks: Un futuro diferente, cuya
historia está ambientada en la época en que los Androides A-17 y A-18 arrasaban
la Tierra, acabando con la vida de nuestros héroes (según Wikipedia, concretamente
transcurre entre los episodios 175 y 176 de Dragon
Ball Z). Una vez muertos la mayoría de los protagonistas (Goku, Vegeta,
Krilin, etc.) únicamente queda con vida Gohan, viéndose obligado a tratar de vencer
a los malvados androides antes de que destruyan el planeta por completo. El
joven Trunks, hijo de Vegeta y Bulma, también desea convertirse en un luchador,
y rogará a Gohan que le entrene duramente, incluso que le enseñe a convertirse
en super saiyajin (superguerrero).
Estas películas (o especiales de tv), evidentemente, fueron
diseñadas para los fans de la serie, y son incomprensibles si no se conocen
bien a los personajes. Es decir, la acción empieza a saco desde el minuto uno,
sin presentar antes a los protagonistas ni explicar que está ocurriendo exactamente
(se sobreentiende que el espectador ya lo sabe). Pero como decía, unos films
eran mejores que otros, y éste en concreto, al estar protagonizado por Trunks,
uno de mis characters favoritos, se
gana mi simpatía desde el primer momento. Además (y como siempredigo) me
encantan las películas de artes marciales en que se ve el entrenamiento del
prota, así que ver cómo evoluciona el aprendizaje
de Trunks minuto a minuto es sin duda
una gozada para mis sentidos, y el momento en que finalmente logra convertirse
en superguerrero es lo que definiríamos como orgasmo fílmico.
Quizá exagere con todo esto, pero sinceramente, me encantaba
la serie y el merchandising que
generó (videojuegos, cromos, fotocopias…). Se perfectamente que la animación ha
quedado anticuadísima, que el ritmo puede ser lento para los nuevos espectadores,
que había fallos de raccord, que la música hoy puede parecer un horror, etc.
pero mi condición de fan puede más y gracias a ella, puedo disfrutar sin
problemas de este Gohan y Trunks: Un futuro diferente. En cuanto a los
combates, pues el estilo es consecuente con lo que veíamos en los capítulos.
Tal vez haya que destacar que al tratarse de un metraje de 50 minutos, las
peleas sean más directas y concisas, al disponer de menos tiempo para
desarrollarlas. Pero en este caso no es un dato negativo, pues ofrece cierta
agilidad a la trama (ojo, recordemos, sólo para fans). Estupenda para recordar
viejos tiempos.
Puntuación: 6/10
Puntuación: 6/10
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