Mini-clásico del cine de kung-fu sobre dos buenos hermanos que habitan en ciudades diferentes, ambas acosadas por malignas bandas de vándalos. Cuando
uno de los dos muere durante el desarrollo de una lucha, el otro se
verá en la obligación de vengarlo, anulando la promesa que hizo en
el pasado de no volver a emplear las artes marciales para luchar.
Como puede intuirse por la sinopsis,
tópicos siempre empleados en este tipo de cine sin trampa ni cartón
al servicio de una entretenida aventura centrada en la revancha, con
el popular personaje de aquel que no puede pelear por cumplir un
juramento (ya estuvo en la anterior Karate a muerte en Bangkok-1971,
volveremos a tenerlo en Kung-fu jungle-2014). Por lo demás,
buenas coreografías, algunos momentos de humor y localizaciones
comunes tales como un prostíbulo o un salón de juego. Producida
entre Taiwan y Hong-Kong, la cinta cuenta con un reparto lleno de
caras conocidas para el aficionado, caso de Mars (interpretando al
ayudante de uno de los hermanos), Bolo Yeung (en su eterno papel de
villano, aquí sólo en una escena, pero mostrando sus habilidades
marciales y su imponente físico) o Li Jen Ho (eterno secundario, fue
el anciano amigo de Bruce Lee en Operación dragón-1973).
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